“He intentado escribir el
Paraíso. Que no os mováis. Dejad hablar al viento ese es el Paraíso” (Ezra
Pound).
“El verdadero problema de la guerra (la
guerra moderna) es que no le da a nadie la posibilidad de matar a la gente
indicada”. (Idem).
Creador de las “Redes de
Trasporte Dávalos”, conocido como el “Modelo
de Y de viajes subterráneos”.
Urrutia Dávalos nace en una familia de clase media de Santiago,
emparentada en segunda generación con la familia de Miguel Serrano, embajador
chileno de la época. Estudiante destacado del Instituto Nacional, emblema de la
tradición de la república chilena, Dávalos ingresa a estudiar arquitectura a la
Universidad de Católica de Chile. Prontamente entra en contacto con grupos
protofascista de la época, dividida entre el socialismo utópico heredado de
Marmaduque Grove[1] y
nacionalismo esotérico de Miguel Serrano[2], el joven Urrutia siente inclinación por
las formas futuristas de transporte. Alumno de Castillo Velasco y la “ciudad social”, el joven Urrutia tomaría
camino propio inspirándose principalmente en la reciente arquitectura de Niemayer
y de Le Corbusier. No obstante lo anterior, Urrutia Dávalos se aleja de
estos arquitectos al ser tendencia izquierdista. En ese momento, viaja por
oriente, donde se ve influenciado por “Centro de Congresos en Viena”, (1960) del japonés Masato Shimizu, o las “Transplation
I, Linear Cities” (1964) y “Transplation II, Space
Cities”(1967) del austríaco Raimund Abraham.
De regreso en Santiago de Chile, funda la “Y.company”. En los inicios de los 70, elabora manifiestos anti
populares, principalmente contra humanismo social del arquitecto Castillo
Velasco y contra el pseudo futuro de Juan
Parrochia; despotrica contra la nueva tendencia humanista de las viviendas,
“falsos espejismo de futuro, condenados al hacinamiento, envueltos en papel
celofán”. Se crea enemigos poderosos, los cambios sociales no le vienen bien,
el convulsionado Chile moderno parece sobrepasarlo. Se encierra en su despacho,
horas de trabajo febril, maquetas de transporte subterráneas, mapas submarinos,
ciudades colgadas en la Antártica: un imaginario post apocalíptico.
Durante el Gobierno de Frei Montalva propone un proyecto paralelo
al Metro de Santiago (1968) presentado por el
consorcio franco-chileno BCEOM SOFRETU CADE, la
propuesta era “Las Redes de Transporte Dávalos”, capsulas subterráneas que
permiten a los humanos transportarse por la ciudad, a alta velocidad. Dicho
proyecto lo comenzó a elaborar el año 52, invirtiendo los pocos recursos
económicos de su familia. Contrató a ingenieros, a matemáticos y físicos de la
época, urbanistas. Su idea era cambiar Santiago y transformarlo en una ciudad
del futuro. Explica que” el deseo de todo hombre es estar siempre a tiempo,
siempre en dos lugares a la vez”, invoca una especie de arrobamiento místico.
Sin embargo, el gobierno de la época desestima su propuesta, ya que la
considera “un poco ficticia”.
Desesperado y en la banca rota, Urrutia recurre a las pocas
posesiones de su familia e instala una refundición de N.company. Durante ese
año, se dedica como ayudante de arquitectura en una de las oficinas de Velasco,
con quien intenta una y otra vez, proponerle nuevos proyectos, el Chile del
futuro es subterráneo: “en el centro de la tierra está nuestro lugar. La guerra
fría, la contaminación de las aguas, el descongelamiento de la Antártica, son
nuestros enemigos”.
Ese mismo año sufre un derrame cerebral que lo terminaría por
internar en un hospital público de Santiago, muriendo dos días antes del golpe
de estado en Chile. Sus restos nunca fueron reclamados y se desconoce su
paradero post mortem.
De su vasta producción “arquitectónica”-cabe señalar que ninguna
de sus obras fue realmente construida- sólo algunos manuscritos permanecen en
la biblioteca de Castillo Velasco, su gran maestro, pero al mismo tiempo, su
más profundo enemigo.
[1] "Yo me impacté mucho cuando Grove asumió el poder. La gente
en ese tiempo cuando no tenía plata para la comida iba a la casa de empeño. A
mí me tocaba empeñar el día lunes para tener plata para la comida. Mi mamá en
ese tiempo había tenido que llevar la máquina de coser a empeñar y otras cosas
también. Entonces cuando Grove, el primer día que subió, sacó un decreto que se
debía devolver todas las herramientas de trabajo que estaban empeñadas y
entregadas a la gente sin cobro. Y eso impactó de inmediato en las personas, mi
mamá estaba tan feliz porque no tenía plata para sacarla" (Livia Dávalos,
sobre el Gobierno de los 12 días de Grove).
[2] "La llamada ideología de Serrano, que tiene el nombre
pintoresco de 'hitlerismo esotérico', es una manifestación de carácter surrealista
y no perjudica en nada su obra literaria, realizada con una pluma aguda y
penetrante. Fue un hombre de amistades profundas, como la que tuvo con Jung y
con Hermann Hesse (en cuya casa vivió). En su notable 'Memorias de él y yo', en
cuatro tomos (1993 - 1996), pinta un gran sesgo de la vida chilena. Es una de
las mejores memorias que se hayan escrito en el país" (Armando Uribe,
poeta, Premio Nacional de literatura)